Sánchez tenía sobre la mesa los avisos, pero Moncloa los ignoró achacando un «fallo de seguridad» para expulsar a la directora del CNI

A medida que vamos conociendo más datos sobre la crisis de seguridad nacional aireada por el Presidente, nos damos cuenta de que nuevamente Pedro Sánchez mintió en la Sede Nacional para complacer a los que le mantienen en La Moncloa.
Desoyó las alertas que el CNI y su propio departamento de Seguridad Nacional le hicieron sobre el espionaje con Pegasus. Ahora sabemos, que también la Unión Europea le avisó del uso peligroso de este programa espía. Pero, pese a todo ello, Moncloa afirma que los móviles no fueron revisados hasta finales de abril de este mismo año. Concretando que fue en ese momento cuando se descubrió que los terminales de Sánchez y los ministros de Defensa e Interior, Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska, habían resultado infectados.
Pinocho Sánchez
Pero los datos vuelven a dejarle por mentiroso. En julio de 2021, un mes después de la infección de su móvil -según Moncloa- la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya comunicó la alerta. Informó de una investigación (Proyecto Pegasus) sobre el espionaje a periodistas y políticos con este programa de software, entre ellos, 13 líderes mundiales, como Emmanuel Macron o Boris Johnson.
En septiembre de 2021 fue el comisario de Justicia, Didier Reynders, quien lanzó la alerta. En un debate del Parlamento Europeo en Estrasburgo por el «escándalo Pegasus» avisó sobre su uso. Informó sobre la utilización del programa para «acceder directamente a los dispositivos de los ciudadanos, incluidos periodistas y opositores políticos». Subrayó que la UE «no permite el acceso ilegal a los sistemas de información» y que los Estados debían proteger a los ciudadanos frente a la interceptación de las comunicaciones.
En el debate, Eslovenia, como presidencia de turno del Consejo de la UE, avisó de «la necesidad de reforzar la ciberseguridad europea». «No se trata sólo de proteger la actividad económica o la infraestructura crítica. Sino también los dispositivos electrónicos, como los smartphones, que se han convertido en una extensión de nosotros mismos», advirtió en su intervención.
El propio eurodiputado socialista Nacho Sánchez Amor, admitió los riesgos de Pegasus como «un arma más en la guerra híbrida». Reclamó más vigilancia en la comercialización del programa y «crear una verdadera cultura de la seguridad en cada institución, una cultura de la inteligencia compartida». Por su parte , Juan Ignacio Zoido, (PP) advirtió que Pegasus «ha llegado a ser categorizado como arma por el propio Gobierno israelí y, como cualquier arma, puede usarse para el bien o para el mal». «Lamentablemente, (…) este software ha acabado en las manos equivocadas y ha sido destinado a propósitos espurios».
Sánchez irresponsable
Sánchez se ha utilizado el ataque a su móvil para destituir a la directora del CNI, Paz Esteban. Algo que le exigían sus socios separatistas por las escuchas legales que con Pegasus les hicieron a varios dirigentes separatistas, entre ellos Pere Aragonés. Unas escuchas que contaban con la debida autorización judicial.
Sánchez tenía sobre la mesa los avisos del Centro Criptológico Nacional, que le instaban a comprobar si su móvil había sido objeto de un ataque con Pegasus. Pero Moncloa, en cambio, ignoró esa recomendación. Tampoco atendió a los sucesivos informes de su Departamento de Seguridad Nacional, que hasta en cinco ocasiones en julio de 2021 le avisó del «espionaje a 13 jefes de Estado y de Gobierno». Tampoco entonces nadie de su equipo procedió a revisar su teléfono.
Pese a todo el socialista ha argumentado «un fallo en la seguridad de las comunicaciones del Gobierno» para destituir a la jefa de los servicios secreto. Sin embargo, ha quedado demostrado que la seguridad de las comunicaciones del presidente depende directamente de Moncloa y, en concreto, de la Unidad de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, dependiente del secretario general de la Presidencia del Gobierno que, por entonces, era Félix Bolaños.
El equipo de Bolaños
Esa unidad, no es asunto menor, cuenta con cien funcionarios expertos en seguridad informática. Es el mayor departamento de todo el complejo presidencial en número de empleados.
Cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, insinuó que era Moncloa la responsable de la seguridad, supusimos que era un pequeño grupo de informáticos que trabajan para el presidente. Nada más lejos de la realidad: la Unidad de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, encargada de la inviolabilidad de los dispositivos del líder socialista y dependiente de la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno, emplea a un centenar de funcionarios y técnicos especializados.
Esta unidad, está al frente de tres funcionarios de nivel 30, el más alto de la Administración, con un complemento específico de entre 27.000 y 32.000 euros. Pero todo da igual, pues Sánchez tenía que complacer a sus socios independentistas si quería seguir ocupando «la poltrona»