VOX exigió explicaciones en el Parlamento y Sánchez recurre a la Ley de Secretos Oficiales franquista de 1968, calificando su uso de «materia clasificada con el máximo grado de protección»

Otra vez más lo ha vuelto a hacer. Pedro Sánchez se ha programado un acto oficial este fin de semana del 14-16 de enero de 2022 para así coger el Falcon y acudir a otro acto del PSOE. Nuestro presidente le ha cogido el gusto de viajar en avión oficial para cuestiones que nada tienen que ver con su papel institucional.
Es algo habitual en él. Acudió a un concierto en el Festival Internacional de Benicassim, a la boda de un cuñado en en La Rioja, o participó en actos del Partido Socialista que no legitiman el uso del Falcon, el Súper Puma o el Airbús. Para tratar de justificar esos desplazamientos, Sánchez se inventó visitas empresariales en la agenda de Moncloa, como ocurrió en Málaga, Alicante, Canarias, Bilbao, Murcia, Santiago de Compostela o Barcelona, entre otros.
Esta vez, el mandatario socialcomunista no quería dejar solo a Juan Espadas, su candidato a la Junta de Andalucía, y ahí está su cohorte de asesores. Le programaron en pocos minutos una visita a un laboratorio especializado en supositorios. ¿Tendrá la elección un doble sentido?
Paraliza la renovación de la flota oficial
Así, ante el abuso de los medios oficiales por parte del presidente socialista para actos privados, Vox exigió informar sobre sus desplazamientos y la contaminación que producen. Sánchez se ha negado a informar catalogando esos viajes como «materia especialmente sensible», según lo establecido en la Ley de Secretos Oficiales de 1968. Alega que «tanto los informes sobre movimientos de aeronaves militares como los planes de protección de autoridades y pasajeros sometidas a la misma, y, en concreto, los informes y datos estadísticos sobre movimientos de fuerzas, buques o aeronaves militares, deben tratarse como materia clasificada con el máximo grado de protección».
Ante las decenas de preguntas de la oposición en el Congreso de los Diputados pidiendo explicaciones sobre horas de vuelo recorridas, el coste de estas o el impacto medioambiental… Sánchez ha constatado el «alto coste político». Por ello ha dejado de lado plan renove, por el que tenía previsto cambiar la flota de aviones, pero según fuentes del Ejército del Aire todo ha quedado aplazado.