
Los políticos actuales han destrozado el imponente prestigio de España en el mundo. Los intereses partidistas y personas (políticos y asesores) carentes de cualquier tipo de capacidad que sea necesaria para mirar más allá de su ombligo han hecho que España vuelva a las épocas de colas de hambre, repudio internacional y hundimiento económico.
Los ultraizquierdistas han hecho de España un campo de batallas donde tirar un adoquín está justificado, si, porque hablar libremente y dentro de la legalidad en una plaza de un barrio ahora es una provocación. Eso sí, el PP y Vox no pueden abrir la boca porque todo lo que digan es susceptible de delito. Estas personas han destruido España y no van a parar hasta verla desgastada y maloliente, casi como sus propias vidas.
Los ciudadanos tenemos la obligación de levantar la voz y defender una España cada vez más manipulada y desconchada. Pero defenderla sin violencia, ni amenazas, ya que eso es lo que buscan partidos como Podemos, ver el mínimo error para intentar hundir a sus contrarios.
La izquierda española ya no tiene vergüenzas, han mentido a sus votantes, señalaron a la casta hasta que se convirtieron en ella, prometieron mil cosas e hicieron lo contrario, diferencian entre violencias, abandonan cargos a su gusto, critican a las fuerzas de seguridad del Estado mientras se esconden bajo sus espaldas, etc. Muchos ciudadanos a pesar de todo esto los siguen viendo como una opción óptima para el futuro de este país. Viendo esto, nuestro silencio es prácticamente un delito contra nuestra nación.
JPL